19 de diciembre de 2008

Blogonovela I: 6. -La muerte de Tulli-

Y siguió sonando durante horas...

Tantas horas que el olor de la putrefacción despertó a la vecina del quinto. ¡Y vivía en un primero! Las cuencas de los ojos empezaron a vislumbrar sus pensamientos, las uñas de las manos, cual mandarín, se enroscaron como raices profundas en el entresuelo. Nada que perder, salvo la dentadura que cayó rodando hacia el patio de Juana.

Juana se despertó...

1 comentario:

Olga Taravilla dijo...

Herr Helmut aquí presente me ha obligado a firmarlo pero ella ha escrito casi todo