10 de abril de 2013
Final, pero de que ??
18 de enero de 2011
Yo soy como Portugal, todos me descubren tarde y mal
16 de enero de 2011
El arte cinematografico
4 de enero de 2011
El codazo de Tassotti, y la necesidad de los mitos modernos.
11 de noviembre de 2010
31 de mayo de 2010
I ara què?
I ara, quan les comportes s'obren i brolla l'aigua, ara és quan et gires cap a la finestra amb tanta força que el clatell se'n ressenteix i perds la vista allà al fons, ben lluny, exactament a on vas, on ben a dins ja has viatjat abans moltes vegades.
Allà on s'acaben els camps de roselles i comencen les ciutats que esperen.
1 de febrero de 2010
(...) un discurso amoroso
Espero una llegada, una reciprocidad, un signo prometido. Puede ser fútil o enormemente patético. Todo es solemne: no tengo sentido de las proporciones.
Hay una escenografía de la espera: la organizo, la manipulo, destaco un trozo de tiempo en que voy a imitar la pérdida del objeto amado y provocar todos los afectos de un pequeño duelo, lo cual se representa, por lo tanto, como una pieza del teatro.
La espera es un encantamiento: recibí la orden de no moverme. La espera de una llamada telefónica se teje así de interdicciones minúsculas, al infinito, hasta lo inconfesable: me privo de salir de la pieza, de ir al lavabo, de hablar por teléfono incluso; sufro si me telefonean; me enloquece pensar que a tal hora cercana será necesario que yo salga, arriesgándome así a perder el llamado. Todas estas diversiones que me solicitan serían momentos perdidos para la espera, impurezas de la angustia. Puesto que la angustia de la espera, en su pureza, quiere que yo me quede sentado en un sillón al alcance del teléfono, sin hacer nada.
El ser que espero no es real. El otro viene allí donde yo lo espero, allí donde yo lo he creado ya. Y si no viene lo alucino: la espera es un delirio.
Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso
15 de septiembre de 2009
better a bad one...
Hoy es un día en que se da uno cuenta de que, como tan bien decía David Lynch, una mala taza de café es mucho mejor que ninguna taza de café.
Pienso esto en el maravilloso binomio de café + pitillo. En enero nos quitan la posibilidad de consumir tabaco en los bares. No poder fumar en un bar rompe el equilibrio del universo. El mundo volverá al caos, a Sodoma y Gomorra, a la histeria colectiva. La mía, al menos, y la de todas las otras chimeneas humanas con las que me ajunto.
Es como decir que Lauren Bacall nunca le pidió una cerilla a Bogart...
