11 de diciembre de 2008

La insoportable ambiguedad de la crónica


La historia es más o menos así (la historia siempre es más o menos de alguna manera):

Hay tres personas, dos chicos y una chica. El chico le dice a su novia que pasará esta noche en su casa (momento que merece una anotación entre paréntesis), pero la chica le dice que no, que hoy viene alguién a pasar la noche: “lo buscan, no tiene donde esconderse”. De hecho, esa noche lo dentendrán gracias a un chivatazo y todo lo que sabemos es que la chica lo esperaba en casa, fuera no teníamos cámaras. Solo llegó a entrar y, zas, fue detenido.

Ahora la chica siente impotencia, también se siente culpable, no debería pero ella no lo sabe, así que se siente culpable. ¿Cómo pudo suceder? Le pregunta a su novio, a quien, por otra parte, amaba tanto como para pasar el resto de su vida con él, que el estado de espíritu que compartían no se amilanaba por pertnoctadores nocturnos en busca y captura; “solo se lo conté a Kundera”, dijo él.

“sí, a ese, al que escribirá La insoportable levedad del ser, esa de la que se hará una película… creo que la protagonizará Juliette Binoche, pero todavía no es seguro”.

En un gesto muy egoista, Kundera dice que no, que el no recuerda haber acusado a nadie y que para nada le preocupa la credibilidad del marido delante de la esposa, a cada uno lo suyo y a mí no me mezcleis en delaciones con carácter retroactivo.

Pero en un papel pone tu nombre y tu fecha de nacimiento. Y coinciden. Y debajo pone DELATOR

Pero no está firmado, verdad?

No

Pues yo cuando delato a alguien siempre firmo

Y ahora qué?

Qué de qué

Qué hacemos?

Es qué tengo que hacer algo?

No sé, habrá que saber si eres un delator, tomar partido por una verdad, o si o no, revisar tu obra y tus convicciones porque los intelectuales de izquierdas se están revolviendo en su cama pensando en el legado ideológico, en las presiones comunistas, y la idiosincrasia misma de la delación en el contexto sociopolítico de Praga y su taciturno gobierno, algo habrá que decir, que no todo va ser follar.

2 comentarios:

Wilma Corcó dijo...

Sólo podías acabar citando a Javier Krahe, después de esos devaneos culturetas tan propios de ti, errabundo irredento. Erre que erre.

Unknown dijo...

Bueno. En Polonia estamos costumbrados a los casos similares a este, así que no me extraña mucho.