30 de junio de 2009

29 de junio de 2009

Solidifico el alma


Entre cuatro paredes blancas.

Me protegen.

En mi refugio contemplo, escucho y valoro.

Busco el hilo conductor entre el ser enraizado en la tierra,

inquebrantable, sonriente...

Y el que, a veces, tiembla, por dentro, sin que se note…
Que no se note que ha dolido.
Que no se note que tengo miedo.
Que no se note que amo.


Y me digo que soy fuerte,
mientras lloro encerrada en la habitación.

Solidifico el alma.

12 de junio de 2009

No tomar nunca más, más de dos cafés

Cuando Andrea me preguntó ¿Qué se siente al estar enamorada?, me sorprendió. No tanto por la pregunta expresada por una niña, sino porqué yo misma, no tan niña, llevaba unos días formulándola en voz baja. ¿Existe en realidad el enamoramiento?, ¿Cuánto hay de real?¿cuanto hay de imaginado? ¿Dónde está esa frontera imaginaria que nos hace sentir y emocionarnos? ¿¿¿¿????

De repente, repensando en las palabras… La ciencia, claro, esa religión legitimada en nuestro tiempo, me dará una respuesta. ¡!Cómo no se me ocurrió¡¡. Debió ser por lo contradictorio que me resulta. Algo tan cerebral, tan metódico, de hipótesis universalistas no puede ser compatible con el corazón. ¿corazón?

Esta es una pregunta para Google, indudablemente; y escribo en la barra del navegador: enamoramiento ciencia. La búsqueda nos consigue 157.000 posibles respuestas. Repaso unos cuantos artículos y todos llevan (más o menos,- que de todo hay-) a las mismas conclusiones:

“Enamorarse tiene dos componentes -dice Lewis-: la atracción sexual que probablemente tenga una base química y la compatibilidad emocional entre dos personas cuyos patrones emocionales formados desde la infancia coinciden fuertemente.”1

La dualidad (una vez más). Con lo maravilloso que es lo plural… en fin. De los dos componentes: la atracción sexual y la compatibilidad emocional, creo me preocupa más el segundo. La primera bajo los efectos de la química es, como mucho, la pérdida de unas cuantas feniletilaminas, acumuladas en el cerebro y el trabajo de unos cuantos neurotransmisores que van como locos por todo el cuerpo. Tienen el tiempo contado, dicen los expertos, que puede ser semanas o meses, a lo sumo unos años. Pero lo de la compatibilidad pasa por un patrón. ¡¡madre mía!! y para toda la vida.

“El sexólogo John Money considera que los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos. Así pues antes de que el verdadero amor llame a nuestra puerta el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar”.2

¡¡Oh No¡¡ ¿Me habré cartografiado un mapa erróneo? ¿Qué especie de patrón tengo? ¿Que hacía yo entre los cinco y ocho años?

A ver, recuerda, con mi familia: me duplico, triplico (en esos años vivía en tres casas a la vez), tenía tres familias a la vez… (empezamos bien¡¡); los amigos: todo el día callejeando con una mala idea en la cabeza (seguimos mejorando); las experiencias: una niña que mira desde las mesas del final de la clase, que ríe, juega e imagina un mundo más allá de la realidad (ya puedo echarme a temblar); Y, por último, el hecho fortuito: que a la niña le fascinaba el solitario, raro y extraño Juan. El chico moreno llegado de Murcia que volvió a marchar hacía otra ciudad que ya olvidé.

Ahora sí, ahora ya puedo ver clara mi doble condena: por la química (de tres años y un día) y por mi patrón: con más de una familia, todo el día callejeando y enamorándome del más raro del lugar (la cadena perpetua). -No sé si me acaba de consolar la ciencia-

Menos mal que me queda la risa y el gusto por mirar, que me sigue gustando callejear, que me divierte ir de casa en casa y que el mundo está lleno de infinitos personajes solitarios y extraños.


[1] Para quien le interese todo el artículo: http://club25.wordpress.com/2006/02/14/la-ciencia-intenta-explicar-los-mecanismos-del-enamoramiento/

[2] Otro más: http://centros5.pntic.mec.es/ies.victoria.kent/Rincon-C/Curiosid/Rc-51.htm



6 de junio de 2009

Haïku to David Carradine


Hang up
Where blood flows
You come
To die

5 de junio de 2009

Adrián cumple seis años y estamos celebrándolo...

Adrián cumple seis años y estamos celebrándolo. El aburrimiento hace que nos refugiemos Andrea y yo en mi casa. Tenemos pocas ocasiones para estar juntas las dos solas. Yo me siento en la mecedora que fue de mi abuela y ella en una de las modernas sillas que compró mi madre. Sentadas miramos el facebook.., ella espera, un poco impaciente, respuestas a su mensaje, sólo ha recibido dos..

¿Qué sientes cuando mueres?

La miro. Uff. Cómo responder… no sé.. nunca he muerto, estoy todavía aquí contigo. Le explico que nadie conoce la respuesta, que sólo podemos hablar de teorías, de hipótesis interesadas. Le hablo del paraíso, del infierno y el purgatorio y a ella le sugiere nuevas cuestiones: ¿Cómo se sustentan las personas en el paraíso? ¿Cómo si volasen todo el día? ¿Va al paraíso nuestra alma?

Afortunadamente el infierno no le produce curiosidad y pasamos a la explicación científica de la energía y la materia. Hay personas que no creen en nada más allá que en nuestra propia presencia física, somos materia y cuando el cuerpo deja de funcionar correctamente desaparece. ¡No lo puedo imaginar¡. Si.. morirse es como cuando duermes y no tienes sueños, no recuerdas nada, imagina que no despertases. Deshacerse en el universo. Creo que tampoco la consuela eso, no acaba de creérselo. Hablemos pues de la reencarnación oriental, rescatando la idea de alma. Es siempre más satisfactoria. La idea de la reencarnación le gusta más pero, entonces, se cuestiona otras cosas: ¿El alma soy yo? ¿Piensa como yo? ¿Si me reencarno volveré a ser yo? En realidad, a pesar de que no sea capaz de verbalizarlo todas las cuestiones nos conducen a hablar de quien es ella, de que es ser yo. No.. nunca volverás a ser tú, sólo puedes ser tú en esta vida. Así que aprovecha. Entre las dos decidimos que como el tema nos supera y no podemos dar una respuesta lo dejamos, de momento, en suspenso.

Hablando un poco de todo…

¿Qué sientes cuando te enamoras?

Vaya tarde… interiorizo la pregunta y me la repito unas cuantas veces, en voz baja la repito como una letanía, intentado hallar una respuesta. Ella me mira expectante.. ya no tengo teorías que me avalen una respuesta coherente y vuelvo a repetirme, una vez más, la pregunta. ¿Cómo explicarte?...

Y le digo que es muy personal.. que se ha de sentir, que no siempre es igual, que no siempre hay explicación, que en realidad no hay una respuesta. Pero ella insiste: ¿algo se ha de sentir? ¿se sienten mariposas en la barriga?

¿Donde habrá oído la tontería de las mariposas? ¿Como sabes que es tener mariposas en la barriga, si nunca las has tenido? ¿Qué es sentir mariposas en la barriga? Y vuelvo a repetirme la pregunta interiormente ¿Qué sientes cuando te enamoras? Me gustaría poder fundamentarla para que no levante altares, para que lo viva con naturalidad. Le explico que es cuando dos personas se encuentran, están a gusto juntos; se divierten porqué les gustan las mismas cosas; les apetece besarse, tener relaciones sexuales. Le hablo de que ha de encontrar la persona que la enamore, que hay muchas personas que la enamoraran. ¿no hay sólo una? Noo.. seguro que no. Le pregunto yo ahora. ¿Cómo quieres que sea la persona? ¿Qué ha de tener para que te enamore? La respuesta es un lugar común: que sea sincero, que me quiera mucho, que me haga reír. Pero insiste en su interrogatorio: ¿Tú que has sentido al enamorarte?

La miro cariñosamente y le ahorro, al menos de momento, la explicación de todo lo que he sentido, al menos de parte de ello. No le hablo ni del dolor, ni de las cicatrices que van quedando, ni de las de incomprensiones, miedos y desilusiones. Sólo tiene doce años. Ten paciencia, se sienten muchas cosas, que sólo las puedes sentir tu, yo no puedo explicarte… No te preocupes, seguro que un día sientes las mariposas….

Lo que le espera…

Entre la muerte y el amor.

¡!Vaya¡¡ Han respondido en el facebook, ¿quieres escribir algo?