20 de octubre de 2008

Angustia

El día de hoy lo dedico a esperar que los malnacidos que, en lugar de dedicar sus patéticas existencias a jugar a la playstation, quemaron viva a una mujer indefensa en un cajero de Barcelona sufran un infierno el resto de sus días.

A desear que, mientras infestan este planeta con su existencia, no haya día de descanso para ellos; que su tiempo esté colmado, saturado, plagado de dolor y de tortura y que no encuentren consuelo, alivio ni refugio alguno.

Todos sabemos que este mundo es ridículo, que es una farsa de sangre y mierda, que es absurdo; a pesar de todo, sigue siendo difícil asimilar que sucesos así tengan lugar, más aún perpetrados por niñatos que, por lo que parece, han tenido una vida tan normal como la mía o la vuestra.

Que sus actos les conviertan en muertos vivientes que deambulan sin alma, que su penitencia sea implacable, para que su barbarie gratuita bajo ningún concepto quede impune.


Dedicado a Rosario Endrinal, para que su sufrimiento y su trágico final nunca sean olvidados.

4 comentarios:

Admin dijo...

en un bar de estos que hace caja por las mañanas, el café del desayuno de la gente que apurada y ojerosa muerde el donuts de camino al trabajo, estaba puesto el informativo matinal de la tv. Al parecer, ella vivía con un chico, tenían su piso de alquiler, estuvieron unos años...
Después conoció a un francés. Le gustó. Lo dejó todo por él. Su novio, igual que su familia y amigos. Perseguía el sueño del amor, como si todos los vagabundos persiguieran alguna vez un sueño. Ahora se dirá que no era amor, ya envilecido aquello aquello por el capricho pasajero, la aventura desmedida, la equivocación.. Y es que él la dejó... tirada y perdida. Todo lo demás sobra en la historia. Incluidos personajes amorfos. No eran talibanes, no eran negros que venden droga, no eran proxenetas... nada de esto, ni siquiera pensarlo, les estaba permitido. No está permitido decir: "mamá, acabo de quemar a una indigente en un cajero", porque eso nos deja un enorme vacío bajo los pies. A estas horas, cambio rabia por tristeza.

Wilma Corcó dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Wilma Corcó dijo...

La rabia es la substitución centrífuga de la tristeza. A estas horas, yo también hago el cambio.

Un petó.

Alba dijo...

M'agradaria deixar una reflexió mínimament intel·ligent que aportés alguna cosa, però la meva visceralitat m'ho impedeix, jo encara estic a la fase de ràbia, i només puc -contenit-me- dedicar-los-hi un "desgraciats".
petons, Mile, ho has plasmat molt bé
Alba